Siete cosas que no tienen cabida en tu currículum

Elementos que podrían ahuyentar a los empresarios: leer y descartar.

Lo más probable es que durante la entrevista el reclutador quiera saber por qué dejaste tu anterior trabajo. Prepárate para responder a esta pregunta de forma convincente. Pero no te precipites y describas los motivos en tu currículum, sobre todo si la situación puede parecer ambigua y necesita una explicación.

Quizás el hecho de ser un hombre o una mujer de familia juegue a su favor. Pero hechos como la fecha de su boda, su divorcio, el cumpleaños de su hijo y la garantía de la solidez de su vínculo matrimonial, pueden desanimar a los empleadores. No es necesario aburrirles con detalles: si esta información es importante para el empleador, se le preguntará por ella durante la entrevista.

Si cree que estamos exagerando, se equivoca: este tipo de respuestas con una biografía detallada -desde los éxitos escolares y hasta los 45 años- llegan regularmente a los correos electrónicos de casi todos los empleadores. Por alguna razón desconocida, algunos solicitantes creen que su currículum o carta de presentación debe estar "aderezado" con una breve historia sobre su vida.

Por supuesto, la biografía está directamente relacionada con la carrera. Por ejemplo, si te presentas a un puesto de periodista deportivo, es útil hablar de haber ganado algunas competiciones. Pero en la mayoría de los casos la biografía no está directamente relacionada con el trabajo, así que no merece la pena incluirla en un currículum ya de por sí impresionante.

Quizá tengas suerte y tu currículum llegue a manos de un director de recursos humanos igualmente "paciente, ecuánime y amable". Pero muchos siguen esforzándose por hablar de sí mismos en la medida de lo posible, creyendo que el autoelogio nunca está de más. Créeme, el reclutador no se impresionará con tus grandes rasgos de carácter, "benevolencia", "positividad" y "sensibilidad": Vale, eres una persona maravillosa y cálida, pero ¿qué tiene que ver con el trabajo? Mejor escribe sobre las cualidades que te distinguen de otros candidatos.

La información sobre una afición puede sumarte algunos puntos, pero sólo si tus pasiones están directamente relacionadas con la profesión. Por ejemplo, para un periodista la fotografía es una afición útil, para un directivo el voluntariado como organizador de eventos. Las aficiones que no están relacionadas con el trabajo es mejor no mencionarlas en el currículum. Es probable que los empresarios se alegren de saber que en invierno esquías y en verano juegas en la liga de fútbol amateur. Pero, sinceramente, no sabemos qué dirán de los jugadores de competición, los músicos o los corredores callejeros.

Si eres un especialista con experiencia, no abarrotes tu currículum. La mayoría de los empleadores sólo se interesan por los últimos 3 años en detalle y por los anteriores 7-10 años en general. Todo lo anterior no es tan importante.

Algunos consideran un deber mencionar que no beben ni fuman. Pero a menos que el trabajo lo requiera, no escribas nada sobre tus malos hábitos. Al fin y al cabo, el currículum no es un anuncio de citas.

El currículum perfecto debe tener 1-2 páginas. Elimina todo lo redundante y sin importancia, pero no olvides que eres un hombre vivo: un pequeño detalle puede distinguir tu currículum de mil similares.