Cómo descubrimos a los ociosos tras usar el reconocimiento facial durante una semana
Cuando el reconocimiento facial estuvo disponible, una agencia de marketing de EE.UU. fue uno de los primeros clientes en probar la nueva función. La agencia tenía varias oficinas en distintos estados, y el control de la productividad de los empleados y la seguridad de los datos eran algunos de los retos más difíciles. "Llevamos 15 meses utilizando CleverControl y el software nos ha resultado realmente útil. Compramos Webcam Recording en cuanto supimos que incluía la nueva función de reconocimiento facial", afirma Eric, uno de los máximos responsables de la empresa. "Lo activamos en tres oficinas de distintos estados en las que algunos empleados problemáticos mostraban bajos niveles de productividad y compromiso. Esperábamos que la actualización permitiera entender por qué ocurría".
Tras una semana utilizando el reconocimiento facial, la empresa obtuvo resultados curiosos. Una de las oficinas descubrió que algunos de sus empleados no cumplían las normas relativas al inicio y fin de la jornada laboral. Según los registros de CleverControl, todo parecía perfecto. Los ordenadores se encendían un poco antes de las 9 de la mañana y se apagaban a las 5 de la tarde, como se suponía. Sin embargo, la gerente se llevó una sorpresa cuando consultó los registros de reconocimiento facial. El mismo empleado estaba registrado en tres ordenadores al principio de la jornada laboral: en el suyo propio y en el de sus compañeros. Sus compañeros aparecieron en el registro mucho más tarde: ¡uno sobre las 9.30 y el otro después de las 10! Eso se repitió un par de veces por semana. Otros días, el empleado era capturado por Reconocimiento Facial algún tiempo antes del final de la jornada laboral. El gerente indagó más en los registros de CleverControl y descubrió que cuando el empleado era capturado en los ordenadores de sus colegas, la actividad en esos ordenadores era en su mayoría insignificante. El empleado abría un par de pestañas en el navegador o ejecutaba una aplicación "productiva" al azar, se enviaba un mensaje a sí mismo o cambiaba de una ventana a otra. Tras un breve periodo de inactividad, el ciclo se repetía hasta que su colega aparecía en el registro de reconocimiento facial. Ocasionalmente, se registraba la misma actividad al final de la jornada laboral.
Al parecer, el empleado intentaba engañar al control y cubrir a sus compañeros que llegaban tarde al trabajo o se iban antes sin avisar al jefe. "Es inaceptable en nuestra empresa", dice Eric. "Ignorar la disciplina de la oficina es sólo la mitad del problema. Cada empleado tiene sus áreas de responsabilidad y distintos niveles de acceso a los datos y recursos corporativos. Ese comportamiento acaba minando la seguridad de los datos".
Este truco difícilmente se revelaría sin el Reconocimiento Facial ya que, a simple vista, las estadísticas de actividad parecían estar bien. Los "empleados" empezaban su jornada puntualmente y no tenían periodos de inactividad significativos. Dado que la directora solía guiarse únicamente por las estadísticas de actividad y rara vez consultaba registros detallados, casi nada podía disparar sus sospechas y hacerla investigar.
Los rezagados y el empleado que los cubrió recibieron reprimendas y perdieron sus primas.
Otro problema más se reveló en otra oficina. El reconocimiento facial permite identificar a los empleados por su nombre. Todo lo que tiene que hacer es introducir el nombre del empleado debajo de una de sus fotos en el registro de Reconocimiento Facial. Después de eso, el programa identificará al empleado por su nombre en los informes desde cualquier ordenador de su cuadro de mandos. El director de otra oficina se sorprendió cuando encontró a uno de los empleados en los registros de Reconocimiento Facial de un ordenador de otro departamento. Según las grabaciones de la cámara web de ese ordenador, la empleada pasaba una parte importante de su tiempo de trabajo charlando y tomando café con sus compañeros de ese departamento. Los largos periodos de inactividad en los registros del ordenador de la empleada así lo demostraban. El jefe ya se había percatado antes de esos periodos de inactividad, pero la empleada siempre tenía una excusa: una reunión, reflexionar sobre la tarea en curso, una discusión de trabajo, redactar ideas en papel en lugar de en el ordenador, etc. Al mismo tiempo, el empleado mostraba un nivel de productividad bastante bajo. Gracias al reconocimiento facial, el jefe pudo ver que la empleada estaba perdiendo el tiempo.
"Llevábamos mucho tiempo buscando una herramienta que nos permitiera controlar tanto la actividad en el ordenador como quién accede a él. Gracias a CleverControl y a su nueva función, ahora podemos ver claramente lo que ocurre en nuestras oficinas remotas y estar más seguros de la seguridad de los datos", resume Eric.
Mantener altos niveles de productividad y seguridad de los datos es crucial para cualquier empresa. CleverControl con grabación de webcam y reconocimiento facial será de gran ayuda en su camino hacia un equipo más eficiente y una mayor seguridad de la información corporativa.