El peligro de contratar a un empleado desleal

El peligro de contratar a un empleado desleal

The term "loyalty" has entered the lexicon of executives and HR managers quite recently, but its exact definition is not clear, since every executive defines the loyalty criteria by themselves, ranging from personal allegiance to a formal compliance with the rules. Although there is something in common for all the definitions - an employee is considered to be loyal if they can be relied on, they can complete a task, or, at least warn you of the impossibility of its completion. Problems may occur with the employees, which have not been fired when their disloyalty to the organization or the head had been discovered. Even if said employee has all the necessary knowledge and skills and is highly qualified, there might be many reasons why they work poorly.

El bajo salario puede ser la razón, así como los beneficios incompletos o los inconvenientes de la oficina, que obligan a un empleado a dedicar tiempo a las quejas y esta insatisfacción se extenderá entre todos los trabajadores, contagiándolos uno a uno. Otro problema es el del personal que ve la organización como una etapa de transición en su carrera, no se preocupa por una causa común y no ve un líder en su superior. Reunidos, los empleados desleales se enfrentan entre sí a la dirección y reprenden públicamente a los que no están de acuerdo.

No hay formas seguras de identificar a los empleados desleales, pero hay criterios de lealtad que permiten sacar conclusiones aproximadas. La primera forma de identificar a los empleados descontentos - es empezar a hacer preguntas, los que no ocultan nada responderán a las preguntas sin vacilar ni evadir, por lo que a veces queda inmediatamente claro cuál es su disposición. Pero tal vez será necesario hacer preguntas personales, para formarse una opinión sobre un empleado, las respuestas evasivas indican un deseo de ocultar algo.

Otras pruebas de deslealtad son las mentiras, las medias verdades, la ocultación y el chantaje. Por ejemplo, que un empleado hable de que ha sido atraído por tus competidores pero, y de que puedes retenerlo subiendo el sueldo. No tiene sentido mantener a ese empleado, porque se irá de todos modos. Cualquier interferencia en los asuntos de la gestión de personal también puede ser un signo de deslealtad, por ejemplo, los consejos frecuentes que no quiere el jefe o la imposición del punto de vista del empleado.

Todo esto demuestra que un empleado no cree que usted sea capaz de gestionar un equipo e intenta quitarle sus derechos, lo cual es inaceptable. Por supuesto, conseguir la fidelidad de todos los empleados es imposible, pero hay que asegurarse de que los puestos clave estén ocupados por personas de confianza con las que se pueda contar en un momento crucial. Los que no huyen en los momentos difíciles son el activo que ayudará a conquistar nuevas cotas.

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