Cómo reconocer a una persona que cambia a menudo de trabajo

Cómo reconocer a una persona que cambia a menudo de trabajo

Para ello, es necesario conocer los principales tipos de "volantes"

Al estudiar la biografía del candidato, siempre prestamos atención a lo que le hizo dejar el trabajo anterior y buscar uno nuevo. No nos detenemos en las razones externas para cambiar de trabajo. Nos interesan las razones internas porque ayudan a averiguar las peculiaridades del carácter y la motivación de la persona.

"Me gustaría ser un general"

Se trata de una cuestión de crecimiento profesional y de ambiciones no realizadas. El empleado empieza a cansarse de sus tareas diarias habituales en 3-4 años. Y cada vez que se incorpora a su puesto de trabajo lo hace a puestos más altos y de mayor responsabilidad, a una autoridad más amplia y a proyectos de mayor envergadura. Según mis observaciones, las ambiciones sanas son características de los directivos que fueron educados con indicaciones paternas como: "Te mereces lo mejor", "Avanza", "Crece y desarrolla". Además, los que tuvieron un ejemplo claro y constante de crecimiento profesional: sus madres o padres, fueron directivos de alto nivel. Debo señalar que las personas con una motivación explícita de poder también se esfuerzan por avanzar en su carrera: suelen ser hijos adultos de padres estrictos, severos y exigentes.

"Un revolucionario"

Todo el mundo ha conocido a este tipo de personas: saben a ciencia cierta cómo debe funcionar este mundo, son muy directas y siempre se atienen a sus principios. Son revolucionarios. Hacen las transformaciones que consideran necesarias en cada lugar de trabajo. Al no ser flexibles, simplemente avanzan sin tener en cuenta los deseos de los demás. Y la mayoría de las veces fracasan. Ofendidos y contrariados, abandonan a su antiguo empleador, quejándose de la indolencia, el estancamiento, la pusilanimidad y la cobardía del personal. Al mismo tiempo, alaban su propia voluntad y decisión.

Por cierto, las personas a las que se les permitió demasiado en su infancia suelen convertirse en verdaderos "revolucionarios". Pero sus padres, al no haber fijado los límites a tiempo y haber perdido el control sobre ellos, crían a una persona testaruda y obstinada. Al poseer un poderoso carisma y liderazgo naturales, dicha persona se convierte en un revolucionario impetuoso e incontrolable.

"Un niño escandaloso"

Estos empleados traen consigo conflictos. Sea cual sea la plantilla a la que lleguen, pronto empiezan a surgir conflictos e intrigas. Se pelean con sus colegas, se contradicen con la dirección. Ni siquiera las culturas empresariales más democráticas pueden soportar su tono intransigente, sus provocaciones intencionadas o sus sutiles manipulaciones. Estos empleados suelen alegar "malentendidos", "falta de profesionalidad y tonterías" del personal como motivo de su marcha. Muy a menudo, estos pendencieros no han pasado por una verdadera crisis de adolescencia, cuando los hijos se pelean con los padres demostrando su derecho a la libertad de decisiones y acciones. Los adolescentes se reconocen en estas peleas, aprenden no sólo a mantenerse firmes sino también a obedecer. Desarrollan su capacidad para resolver problemas difíciles de forma constructiva. Sin embargo, no todos pasan por estas importantes etapas: algunos aprenden lejos de sus padres. Algunos tienen miedo y evitan hablar con sus padres. Algunos no tienen padre en absoluto. Las contradicciones fallidas se acumulan y definen el carácter de la persona en el futuro. Para ser exactos, sus rasgos negativos: conflictos, peleas, incapacidad para encontrar compromisos razonables.

"Epígono"

Hay empleados que cambian de trabajo según su jefe. Es natural en las etapas iniciales del trabajo. Sin embargo, es alarmante cuando se convierte en una tradición y un directivo de 40 años sigue dócilmente a su jefe. Estos suelen pertenecer al tipo "hijo eterno" o "estudiante eterno". Se distinguen por la falta de independencia y adoptan la posición del seguidor. Incluso habiendo alcanzado altos cargos, siguen siendo siempre adjuntos y vicepresidentes. Estos empleados suelen carecer de atención y cuidados paternos. El anhelo insatisfecho de atención y amor paterno, la búsqueda de un "padre sabio" los persigue durante toda la vida.

"Un científico loco"

Hay personas que cambian de trabajo en cuanto entienden que su investigación ha terminado. Tratan el negocio como una ciencia. Plantean problemas, desarrollan y prueban hipótesis, hacen experimentos. No persiguen el dinero ni los puestos. Su principal motivación es el interés cognitivo por el trabajo que realizan. Son individualistas. Cambian de trabajo, sin tener en cuenta "nimiedades" como el espíritu de equipo, la política, las relaciones amistosas. Al terminar un proyecto interesante, no pierden el tiempo y buscan otro, más complicado, más intelectual, más innovador. La empresa no importa. Un empleado así es un regalo del cielo para el empleador. Sin embargo, un temporal aunque muy valioso. Son autónomos y sin pretensiones. Abiertos e incorruptibles. Pero en cuanto pierden su interés, no se les puede retener con dinero, ni con elogios, ni con puestos.

"El dinero habla"

El dinero es una razón respetable para cambiar de trabajo, sobre todo si el salario en la nueva empresa es mucho mayor. Sin embargo, hay empleados que cambian de empresa movidos por el insaciable deseo de conseguir al menos un poco más de dinero. Una persona así está dispuesta a renunciar a las conexiones establecidas, al trabajo continuo, al entorno laboral bien estructurado y al personal conocido por una diferencia salarial insignificante. La motivación abierta por el dinero suele ser característica de las personas que provienen de familias disfuncionales, niños privados de oportunidades materiales y placeres atractivos en comparación con otros.

Los empleadores atentos, después de haber ojeado un currículum y haber mantenido una pequeña entrevista, ya pueden decir mucho sobre el candidato. Cada acción, cada paso y cada decisión es un eslabón de la preciosa cadena de nuestra vida, única, complicada y emocionante.