8 errores no evidentes de los oficinistas

8 errores no evidentes de los oficinistas

Hoy en día todo el mundo conoce las cosas que no deben hacerse bajo ninguna circunstancia mientras se está en el trabajo: no llevar chanclas, maldecir, realizar payasadas insultantes y enviar correos electrónicos airados. Por desgracia, la vida en la oficina está repleta de un número mucho mayor de "pasos en falso" que pueden dañar la reputación de los empleados o los ejecutivos. Presentamos la lista de ocho errores insidiosos que los oficinistas cometen a diario, a menudo sin darse cuenta.

Hablar de política

Hablar de política durante un descanso puede estropear las relaciones en la oficina, sobre todo si eres un superior. Los jefes y gerentes que declaran abiertamente sus filiaciones políticas se ponen en cierto modo del lado de sus empleados las mismas opiniones. Sin embargo, para los empleados llevar a cabo debates políticos en el trabajo tampoco es recomendable porque pueden tener un impacto devastador en las relaciones con los compañeros y los proveedores.

Aguantar el aumento de los precios de la gasolina

Usted gasta mucho dinero en gasolina para venir al trabajo cada mañana, así que ¿por qué no utilizar este hecho en su beneficio? El aumento del precio de la gasolina es una excelente oportunidad para pedir un aumento. Lo más probable es que no lo consigas, pero sería una buena base para futuras negociaciones. Por ejemplo, como alternativa, puedes pedir que te dejen trabajar desde casa una vez a la semana.

Ser modesto al calificarse a sí mismo

Hay muchas razones para mostrar modestia. Pero cuando se trata de la evaluación escrita de tu propio trabajo, la modestia es totalmente inapropiada. Seguro que tu jefe está demasiado ocupado para supervisar constantemente tus progresos y logros a lo largo de los años. Escribir la evaluación de tus actividades es una buena manera de recordar todos esos maravillosos proyectos realizados bajo tu dirección, y todos los clientes clave que la empresa ha conseguido gracias a ti. Sé sincero contigo mismo.

Mucho hablar y poco escuchar

Es fácil decidir que tu trabajo es ser el autor de ideas brillantes y grandes logros. Sin embargo, la mayoría de las personas que te rodean sólo quieren ser escuchadas. Alguien que sabe escuchar es capaz de destacar entre todos los "grandes ruidos" de la oficina. Un ejemplo sorprendente de la eficacia de este enfoque es la historia del líder cuyo éxito profesional suele estar relacionado con su capacidad de escuchar y oír a sus subordinados.

No preocuparse por sus errores

Nadie duda de que te preocupa cometer algún error. Sin embargo, una vez cometido, no desaparecerá aunque te comportes como si no hubiera pasado nada. Esto puede llevar a que tu jefe se preocupe más, no por el error en sí, sino por tu actitud de despreocupación.

No se va de vacaciones

Aunque pienses que estás demasiado ocupado y que tomarte unas vacaciones es demasiado caro, tómalas igualmente. No podrás impresionar a tus colegas si te niegas continuamente. Al contrario, podría dar la impresión de que no eres capaz de equilibrar adecuadamente tu vida laboral y personal. Tómate el tiempo libre para reponer las reservas de energía y vuelve al trabajo con renovado vigor.

No soñar a lo grande

No cabe duda de que soñar demasiado a lo grande puede dar lugar a ideas estúpidas y objetivos poco realistas. Al mismo tiempo, debemos recordar que los objetivos inalcanzables se consiguen con regularidad. Así que no es necesario pisar la garganta de tu propio sueño. En su lugar, imagina que el único escenario en el que puede desarrollarse es la historia del éxito. Y, por supuesto, piense en todos los pasos necesarios para alcanzar el éxito. Después de todo, siempre puedes decir a los críticos que ésta es sólo tu forma de desarrollar la creatividad.

Aceptar a ciegas un ascenso

La mayoría de la gente cree que ascender en la carrera es bueno. Sin embargo, muchas de ellas se dan cuenta después de que los ascensos no aportan ninguna mejora en el flujo de trabajo. Antes de aceptar un puesto más alto, hazte algunas preguntas sencillas: ¿Cuánto más tendrás que trabajar? ¿En cuánto aumentará su salario? ¿Quiénes serán tus subordinados? También sería bueno pensar en los siguientes pasos en la escala profesional. No querrás dar el salto sólo para descubrir que ese era el callejón sin salida...