5 trucos para hablar en público a la perfección
A lo largo de nuestra vida tenemos que pronunciar decenas y cientos de discursos públicos. Francamente, alrededor del 90% de estos discursos son fracasos comunicativos. No quiero decir que siempre estemos condenados al fracaso. Pero si se intenta medir la eficacia de los discursos públicos por la consecución de los objetivos fijados, habrá que enfrentarse al hecho de que la mayoría de los oradores no tienen ni idea de cuál debe ser el mejor resultado de su discurso. Y cuando los oradores no saben cuál debe ser el resultado de su discurso, difícilmente pueden lograrlo en más de un par de casos de cada diez. Intentemos averiguar qué es lo que ayuda a pronunciar discursos públicos no sólo con éxito, sino también con eficacia. Es decir, hacer que el objetivo y el resultado del discurso coincidan no sólo en emociones sino también en acciones, como compras, votos, apoyos, etc.
Establezca un objetivo medible
La primera pregunta que debes hacerte es cuántos oyentes quieres atraer a tu lado. La segunda es ¿cómo vas a entender que el resultado se consigue en un 100%, 90%, 50%? Si tu objetivo no te permite responder a estas preguntas, no tienes ningún objetivo. Hay expectativas, intenciones, pero no hay objetivo. Y como dice un sabio refrán, si no sabes por dónde navega tu barco, ningún viento será favorable.
Concentrarse en las emociones del público
Una parte razonable de la emoción involucra al público, lo atrapa y lo hipnotiza. El problema surge cuando el orador se preocupa demasiado por lo que está diciendo o por su aspecto. Es el momento en el que se distrae del enfoque principal en las emociones y pensamientos del público.
La mejor táctica para el orador es concentrarse en las emociones del público, no en su propia excitación. Míralos y piensa en lo que les preocupa en este momento: si son cálidos y están cómodos, si entienden de qué estás hablando, si están dispuestos a escuchar tu discurso hasta el final. Concéntrese e intente sentir lo que le interesa a esa respetable señora con un teléfono caro o a ese hombre corpulento que puso los ojos en blanco cuando usted tomó el micrófono.
Captar la atención del público con ejemplos brillantes
Hable con sinceridad sobre lo que le preocupó cuando el orador anterior terminó su discurso o ayer cuando preparaba el informe de hoy.
Haga que el público de una conferencia de informática se interese con una brillante diapositiva sobre la vida de los faraones. Al presentar un nuevo producto que debería hacer llorar de envidia a sus competidores, muestre una imagen de mil pañuelos. Pero tenga cuidado y recuerde siempre quién es su público. Algunos ejemplos, aunque brillantes, pueden ser inapropiados para un determinado público.
Sea vívido
Pinta tu discurso como un cuadro. Haz preguntas de vez en cuando como si consultaras con el público qué colores añadir o si no ennegreces el cuadro. Al mismo tiempo, haz que las imágenes sean muy claras, como si estuvieras explicando algo a un niño, pero háblale como a un adulto. Es importante que nadie del público se sienta tonto o mal informado.
Cronometre su discurso en función de la reacción del público
Involucre al público gradualmente, empezando con palabras como "imagina", "piensa". A continuación, pase a métodos más activos: "Levanten la mano, por favor...", "Por favor, levántense los que...", "Ahora vengan al escenario...".
Al mismo tiempo, hay que asegurarse de que el público ha calentado lo suficiente y los oyentes más activos están dispuestos a subir al escenario y participar.
Sea valiente y haga una oferta que su público no pueda rechazar. Dales una ilusión de elección, pero lo que elijan debe jugar a tu favor. Recuerda que lo más interesante debe ocurrir después de tu discurso, cuando el público vaya a comprar, votar, poner en práctica lo que ha escuchado, elegir y apoyar. Si esto no ocurre, tu discurso no tiene ningún interés.
Sus acciones no sólo deben provocar un aplauso, sino que deben conducir al resultado necesario. Para conseguirlo, necesitas el apoyo de expertos, formación y retroalimentación. Así no sólo conseguirás tu objetivo, sino que lo harás con el mejor resultado posible.